Suicidio de Sarah Ellen Roth-Thompson

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    [Tribunales de Londres, Inglaterra]


    Me encontraba de nuevo en los tribuales del Wizengamot junto a Alie y mis 3 pequeños niños, era la segunda cita y esperábamos que todo se resolviera aquella noche, o al menos yo estaba segura que así iba a hacer.


    Pasamos al frente Alie y yo, al ser nosotras las autoras de tan grande desastre debíamos estar frente a todos dando la cara y después de dar inicio a la sesión dirigida de nuevo por el señor Aaren me levanté sin más de mi silla y me paré frente a todos.
    S: Me gustaría decir algo frente a todos, sólo si este honorable y respetable tribunal me lo permite. -Al ver como asentían frente a mi requerimiento proseguí- He de empezar con una historia. El primer día que estuve acá junto a mi esposa y mis hijos poniendo las reglas del juego sobre la mesa, hubo un momento que ustedes nos pidieron retirarnos, he de suponer que para hablar con nuestros hijos. Esa noche, cuando salimos mi esposa se puso demasiado inquieta y no hice nada para calmarla, tan sólo la deje vagar por el noveno piso y le permití entrar a una de las salas que todos tienen prohibida a excepción de los que trabajamos ahí, sabía que no podía entrar y aún así no hice nada para evitarlo y, como era de esperarse, no le hizo ningún bien, esa misma noche, cuando volvió a Hogwarts, pues es una profesora de este gran colegio perdió la cabeza por la locura inducida de aquella sala, tenía claro lo que iba a suceder y no lo evité, casi pierdo a mi esposa, se golpeó la cabeza y casi muere. Contando esto prosigo a hablar de mis 3 pequeños niños, estos 3 niños que están presentes esta noche en el tribunal al igual que mis 4 mayores son las personas más maravillosas que pueden existir y merecen el mundo entero, y no solo eso, merecen un hogar lleno de amor, protección y cuidados, un hogar que los proteja ante todo y es algo que no puedo darles. Es por esto que esta noche, frente a todos, le cedo la custodia completa de mis pequeños niños a mi esposa Alie Marie Dumbledore, pues ella si será capaz de darles todo y más y si se puede ceder mi casa y cámara a ella, para que se la dé a ellos sería fenomenal -me di vuelta para ver a mi esposa- y a ti mi amor, espero algún día seas capaz de perdonarme todo el daño que te hice a lo largo de 16 años, tu al igual que ellos, lo merecen todo. Sin más que agregar y solucionando ya todo en este tribunal les agradezco por el tiempo invertido en este caso. Por lo tanto, he de abandonar este lugar, pues ya no tengo más por hacer acá.


    Al terminar de hablar hice una reverencia de respeto ante los miembros del Wizengamot y salí de el y por ende del ministerio para dirigirme a la estación de tren, comprando un tiquete para devolverme a Montpellier salí rumbo a mi país con tal solo la varita y la ropa que tenía puesta aquella noche, tenía la estúpida costumbre al igual que mi hijo mayor de huir a Francia cada vez que estaba en problemas y esta no era la excepción.


    [Montpellier, Francia]


    Llegué en la madrugada a la residencia Lawrence, para mi sorpresa todos estaban despiertos y en la sala de entrada como si de alguna forma supieran todo lo que sucedía. Al verlos de nuevo me dejé caer de rodillas frente a ellos, era costumbre venir cuando había fallado y ellos lo sabían, bajando la cabeza empecé a escuchar como empezaban a burlarse de mi logrando que las lágrimas en mis mejillas empezaran a correr.


    D: ¿Volviste a fallar hermanita, no es así? -soltó mi hermano mayor preocupado-

    J-P: No sé como alguien como usted tiene un apellido tan honorable como el nuestro, sólo da vergüenza frente a todos, hasta su hijo, el licántropo, es más honorable que usted.

    A: Ni siquiera sé porque concebí la idea de tener una hija, desde el primer momento que naciste debí mandarte a Inglaterra con tu padre, no hay día que no me arrepienta -soltó en una carcajada-


    Yo, por otro lado, seguí de rodillas frente a todos tan sólo llorando y en un momento de ira rompí mi varita en dos pedazos, sin fuerza de levantarme esperé que se fueran para sus propias habitaciones o estudios y al quedarme sola me dirigí a la mía dándome cuenta que tan solo quedaba mi hermano mayor, tomó mi mano y me ayudó a llevarme a mi habitación con la promesa que volveríamos a solucionar todo juntos como siempre lo hacíamos.


    Al estar en ella, divisé dos tarros nuevos de medicinas para dormir, aquellos que usaba mi abuelo para dormir por lo fuerte que eran y una de las dagas de plata de la familia Lawrence que mantenían por solo lujo y tan solo sonreí. Me senté en el escritorio y tomando un pergamino empecé a escribir


    Rayan R Lawrence Dumby, mi hijo mayor, siempre quise pedirte perdón por no haber estado aquella noche que te hirieron y no poderte proteger, te has convertido en un gran hombre y estoy orgullosa de ti.

    Elizabeth Dumby Roth-Thompson, la hija que nunca logré entender pero siempre intenté estar a su lado consintiéndola y amándola, perdida en el mundo por el amor, he de escribirte que nunca pierdas la paciencia y que ya llegará alguien que sepa valorarte y darte todo lo que mereces, pues eres una gran chica.

    Kate Dumby Roth-Thompson, mi supuesta hija que está de viaje pero en realidad tan sólo desapareciste un día y no te volvimos a ver, si vuelves, espero sepas que te amo.

    Paige Dumby Roth-Thompson, mi pequeña sabandija que está en Azkaban, perdóname por no lograr hacer nada por ti siendo parte del cuerpo de aurores, te fallé como mamá y permití que todo se fuera encima tuyo, tan sólo espero que algún día puedas perdonarme.

    Demian François Dumby Roth-Thompson, mi independiente niño, no te culpo, en tu posición también lo sería pero recuerda que te amo con todo mi ser.

    Alexia Dumby Roth-Thompson, mi astuta serpiente, desde que te conocí me di cuenta lo capaz que eras de todo y por eso te pedí ser parte de mi familia, si sigues así, sé que conseguirás todo lo que te propongas.

    Eylie Dumby Roth-Thompson, mi pequeña niña, la más consentida de todos y mi viva imagen, sé que junto a tu mamá Alie podrás tener tener el mundo en tus manos si así lo deseas, déjate guiar de ella, estoy segura que ella nunca permitirá que fracases como yo.

    Antes de empezar con el resto de personas, he de decirles a mis 7 hijos que son mi mayor orgullo y gracias por permitirme ser su mamá.

    Julian Alex Binns Cornelius, mi amado ahijado, la viva imagen de mi madrina Leila, sé que prometí cuidarte pero ni siquiera puedo cuidarme a mi misma, sé que Alie lo hará excelente, como siempre lo ha hecho.

    JaeJoong Debussy DeVayne-Velour, vi en tus ojos la depresión que cargabas y he de disculparme también por no ayudarte, tan sólo te sume algo más aquella noche que casi muero junto a mi tía Yvonne.

    Tiihare V. Roth-Thompson, gracias por recibirme en tu casa cuando mi padre se fue, a mis 36 años te sigo viendo como mi mamá y mi ejemplo a seguir. He de pedirte el favor que cuides a mis hijos así como cuidaste de mi por toda mi vida.

    Yvonne Roth-Thompson, te dejaré de nuevo y lo siento tanto, una vez más te fallaré en mis promesas y lamento aquella noche en la cual casi morimos por un ataque de ira de ambas, nunca olvides que te amo.

    Chiara Amroth Roth-Thompson, sólo me queda por decirte que te amo y que fuiste la mejor prima que pude tener.

    Melodie Ellen Desire Nebai, mi valiente y consentida leoncita, no quiero que tengas miedo ni te sientas insegura, pues eres una bruja excepcional y ten por seguro que serás poderosa.

    Zephyr Joseph Drael Zydane, mi tierna serpiente y mi otro consentido, estoy orgullosa de ser tu abuela, no tienes idea cuanto y espero llegues muy lejos.

    Damyan Romanov, el rusito que parece rudo pero al final es un amor, gracias por permitirme conocerte y sobretodo consentirte en la casa Lawrence Binns, eres sin duda mi nieto no legal.

    Alighieri T. Roth-Thompson, abuelo, por primera vez estarás tranquilo, pues no tendrás que seguir arreglando cada desastre que formo, gracias por dejarme estar en tu maravillosa familia y por ser mi abuelo, estaré agradecida por toda la eternidad.

    Fernando Roth-Thompson, mi primo y padrino, no sé que habría hecho sin ti, te amo como no imaginas, gracias por cada momento de locura a tu lado y espero la jaula en la que me metías no quede en el olvido, síguela usando y sobretodo, cuida a mi pequeña Eylie, sé su padrino y apoyo como lo fuiste conmigo.

    Drake Ash Kinston, mi único hermano, así ya no estés en vida, nunca pude decirte de cuan orgullosa me sentí de ser tu hermana mayor y sé que no leerás este pergamino pues no hay forma, pero no está demás dejarlo plasmado.

    Ezzio N. Valentine, padre, perdóname por no ser la hija que tanto quisiste, por no cambiar mi apellido al tuyo cuando era lo único que deseabas, que tu única hija biológica tuviera algo de ti pero no podía dejar a la familia que me cuidó siempre desde el primer segundo que te fuiste.

    Dumby Alie, amor de mi vida, la única persona que aguantó 16 años de inseguridades, berrinches y que la rechazara y alejara en más de una ocasión, nunca olvides que te amo, desde que empecé a hacerlo no fui capaz de dejarlo. Eres una mujer fuerte y hermosa, te mereces todo y espero algún día puedas perdonarme tanto daño que te hice.

    Sabiendo que faltaban muchas más personas por escribir, decidí dejar hasta ahí pues cada vez dolía más y me era imposible calmar mi llanto, enrollé el pergamino y lo dejé sobre la mesa, tenía claro que a pesar de todo mi hermano mayor entregaría ese pergamino a mi familia. Me levanté del escritorio y me fui a acostar en mi cama con aquellos tarros de medicamentos y la daga familiar, otra vez estaba sola en aquella habitación como siempre lo estuve; soltando un suspiro abrí ambos tarros de medicamento y agradeciendo la costumbre Lawrence de tener botellas de agua en la habitación la abrí de igual forma; sin pensarlo dos veces me tomé todas las pastillas que contenían ambos tarros junto a la botella de agua, tenía completamente claro que quería irme a dormir y no despertar jamás y me iba a asegurar de eso. Al terminarme las pastillas tomé la daga familiar y cortando profundamente la vena yugular de mi cuello procedí con las de mis brazos con la poca fuerza que me quedaba asegurándome que fuera profundo también y sin más me dejé caer en la cama con solo una cosa en mente:

    Ojalá algún día mi familia pueda perdonarme por esto y sobretodo que nadie sea lo suficientemente cobarde como para repetir mis pasos.
     
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