𝔘𝔫𝔞 𝔩𝔩𝔞𝔪𝔞 𝔭𝔩𝔞𝔱𝔦𝔫𝔞𝔡𝔞.

1924. - Flashback, una nueva razón para estar.

Con el pasar de los años, la mentalidad de Dysaster había pasado por una infinidad de cambios que, a veces, la hacían ver como una persona totalmente distinta. Sin embargo, su imposibilidad de quedarse por largos periodos de tiempo en un mismo sitio (en especial si este era un sitio cerrado), continuaba acompañándola.

Una vez regresó a su hogar, comenzó a vivir junto a Silvain en la casa donde convivía con Maeve. Para nadie era un secreto que la ausencia de la castaña en su propia casa, le causaba un dolor profundo; terminó optando por pedir la compañía de su mejor amigo. Para mantener un balance entre su inconsistencia respecto a asentarse y la convivencia con Silvain, solía salir a pasear por aquellos bosques que rodeaban la zona.

Durante uno de sus paseos nocturnos, Silvain decidió acompañarla para ponerla al tanto de todo lo ocurrido en su ausencia. Animados, intercambiaban anécdotas mientras caminaban; pero los pasos de la platinada se detuvieron al captar un aroma que no encajaba con el entorno: bosque, tierra mojada, hojas y... ¿qué era eso?

Las miradas de ambos se cruzaron junto a un par de palabras. Dysaster no tardó en buscar el lugar del cual provenía aquel aroma con ayuda de la perfecta llama que sobresalía de su palma. Finalmente, se toparon con una minúscula figura: una bebé.

Frío. El corazón de las personas que había hecho aquel acto cruel era tan frío que el mismo logró colarse por los huesos de la platinada, ¿o era tan solo la brisa gélida de esa noche? Lo que sea que fuese, había causado un aumento notable en la temperatura de la muchacha. No lo pensó dos veces: se la iban a llevar con ellos.

Tan expresiva como siempre, no tardó en informar sobre su indignación, ¿cómo alguien podía abandonar así a una bebé? Sin duda alguna, eran horribles personas. Estando ambos de acuerdo y con ayuda de la calidez emanada por la platinada para hacer entrar en calor a la bebé, se la llevaron.

Sus vellos se erizaron ante una descarga eléctrica momentánea que sacudió su cuerpo al tener el ligero control de dicho elemento. Ella sabía qué significaba. Y pararse a analizarlo, haría caso a su instinto: de ahora en adelante iba a proteger a esa niña.

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