Quiero ser una heroína

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    ❧ nihachu


    IX
    Quiero ser una heroína
    (vacaciones de 1928)



    Sostuvo la varita en el aire, acostada sobre su cama, su viejo lesbiano pachón a su costado, más bien usado como un soporte para su cuerpo con ambos pies encima de su peluche de Dumbo, desde el momento que compró aquel pedazo de madera lo había detestado, no era el estilo de varita que pensaba ocuparían sus manos y el diseño de la misma no era de su agrado, cada imperfección en ella parecía ir muy en contra de su personalidad, pero el joven que se la vendió no pudo haber mentido ¿cierto? Él sabía más de varitas de lo que Niki había aprendido.

    Tenía que adaptarse pero aún no había encontrado la forma de sostener la varita, su mano dominante aparentemente no era la mano universal, ella siempre veía que los demás sostenían sus cosas con la derecha pero lo había intentado y había sido todavía más difícil que con la izquierda. Entonces ¿por qué no podía acostumbrarse? Eran simples movimientos, apuntes y conjuros. Pero incluso a la hora de conjurar tampoco era experta o destacaba en ello.

    Habían alumnos como June, llegó justo a tiempo en el torneo de duelo para ver la forma tan magistral en la que se defendió de aquel chico, la velocidad con la que lo hacía. Habían compañeros que podían hacerlo todavía más rápido que ella pero incluso a través de eso no se rindió.

    Suspiró, miró de reojo su baúl abierto y desordenado en la esquina de su habitación para lanzar la varita en el interior encima de su uniforme escolar, aparentemente su puntería había mejorado o era ya buena porque entró sin mayor complicación, daba igual si la sacaba o no porque no podía disponer de ella en horarios no escolares ¿de que le servía tener magia si no podía usarla? Eran vulnerables una cantidad de meses muy corta, pero considerable.

    ¿Qué más podía hacer en sus vacaciones aparte de frustrarse y comprar lo que necesitaba en el callejón? Miró las manchas que adornaban su techo, contándolas, posiblemente podía sacar algo de inspiración de ahí para poder terminar su libro (o siquiera comenzarlo) y pronto se encontró cuestionando las capacidades de un mago. El mismo día que su madre le obsequió esos particulares libros, su “hermana” había entrado a la casa y tirado a Keke por la ventana, Larisa, recuerda el nombre (murió frente a ella, sería imposible de olvidar).

    Lo primero que provocó fue caos, lo recordaba, se escondió detrás de una mesa mientras su madre sacaba la varita simplemente para detenerla, no se veía fastidiada pero definitivamente la vajilla que se rompió fue un cargo directo a la cuenta de la pelirroja. Ella no usó magia para hacer todas esas cosas grandiosas, solo necesito destreza y una gran agilidad física para poder realizarlo.

    Niki… Niki también quería hacer eso.

    Se contuvo en su cama unos momentos antes de saltar de ella y bajar las escaleras corriendo. Poco le importaron las personas en la cocina, gritó tan fuerte como pudo.

    —¡Mamá, papá, quiero pegarle a los niños! —ambos mayores la miraron, vagamente reconoció el chillido de Winnie al ser molestada tan repentinamente y a Keke jugando con sus juguetes tan ruidosamente como podía (debió haber supuesto, aún estaban preparando la comida del día. Razvan comía chocolates del cofre en la barra.

    Se acercó corriendo para saltar en los brazos de su papá y abrazarlo con fuerza. Adha sacó a Winnie de su sillita de bebé para comenzar a arullarla, Mike la cargo a ella en cambio y ella se aferró a su cuello.

    —¿Cómo está eso de que quieres pegarle a los niños? —preguntó, no había ninguna duda que es una oración que saldría de los labios de la menor, así que no hubo ninguna muestra de sorpresa.

    —¡Si! —exclamó, dejando sus manos libres y haciendo movimientos con sus manos en el aire—. ¡Como en esos libros de acción, donde el protagonista puede pegarle a todos los tipos que se topan en su camino para llegar a su meta! —imitó pobremente alguna escena, balanceando sus puños en el aire con emoción pero cansándose algo rápido, a pesar de todas las escaleras que subía por el castillo aún no había mejorado su resistencia física, llegar a la clase de sanación era una tortura magistral.

    —¿Tenías planeado esto antes? ¿Algún lugar en especial donde te gustaría entrenar? —preguntó Adha, Winnie jugaba con su cabello alegremente y balbuceaba, Razvan estaba al pendiente de la conversación pero pronto Keke atrajo su total y completa atención, ella no dejaría que todo el crédito se lo llevara Niki.

    —¿Qué? ¿Lugar? —se quedó en blanco ¿ese tipo de cosas se planeaban con antelación?

    —¿No lo habías pensado? —instó Mike, mirándola fijamente y haciendo gestos divertidos, la niña se soltó a reír.

    —¡No! Sólo había pensado en que me gustaría pegarle a los niños, pero tampoco sé por dónde empezar —admitió, sus labios se fruncieron suavemente en un puchero pero Mike besó sus mejillas, dejó a la niña en el suelo y se cruzó de brazos, fingiendo pensar.

    —Ya que no tienes una idea de que hacer, no podemos ayudarte —mintió, negando con la cabeza, Niki se indignó, haciendo una mueca de horror y señalando a su padre, buscando ayuda desesperadamente de su madre, Adha se encogió de hombros y Winnie sonrió, balbuceando.

    —¡¿Si encuentro una manera me dejarían?! —insistió, tratando de no hacer berrinche en ese preciso momento, se había vuelto malcriada pero amaba a sus padres, un no, era un no.

    —Tal vez — comenzó Mike, captando por completo la atención de la alterada niña—, yo podría ayudar —se quedó en silencio un agonizante momento.

    —¡¿Cómo?! —gritó, ella necesitaba respuestas.

    —Yo solía entrenar mucho así que tengo una buena resistencia física, hasta que puedas encontrar un deporte o alternativa que te guste, yo podría entrenar contigo —sus ojos se iluminaron ¿su propio padre? ¿Entrenando con ella? Demonios, ella amaba el tiempo de calidad con su familia, solamente saltó en su sitio aplaudiendo y abrazó las piernas de su padre (ella siempre fue muy pequeña, no es su culpa que papá sea tan alto).

    —¡Gracias, acepto! ¡Con términos y condiciones, no me importa!

    Bailando en medio de la cocina y sacuendido a Adha junto a Winnie, decidió pasar el resto del día en actividades dentro de la casa antes de comenzar con su nuevo reto.

    oend6DX

     
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