Sequía.

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[1931]
Uno de los inviernos más fríos en Londres, al menos para él. La tranquilidad abundaba en él tras dejas algunos trabajos, después de mucho tiempo se estaba dando espacio para él mismo. Como solía hacerlo, comenzó una nueva travesía para explorar uno de los bosques cercanos a Londres. Tras unas horas explorando la zona, a lo lejos pudo nota como un incendio se encontraba rodeando una gran parte del bosque. Sin pensarlo decidió acercarse al lugar para intentar apagarlo, tras llegar y observar la inmensidad del fuego; sacó su varita para enviar un patronus mensajero a Xandr, quién era el que estaba en posibilidades de apoyarlo en ese momento.

Tras analizar la situación lo primero que se le ocurrió fue conjurar Gelatus para reducir el calor del ambiente y calmar un poco el fuego; pero al ver que el fuego era demasiado extenso, conjuró Aqualemens. Con la invocación del agua y la ayuda de su habilidad, comenzó a apagar algunas zonas del fuego; sin embargo, no llevaba ni la mitad. Su flujo mágico comenzaba a agotarse y a su vez el cansancio en él.
Concentrado en el fuego y en el control del agua, no escuchó aquellos pasos. De repente sintió como el terreno donde se encontraba comenzó a moverse. El movimiento, el casi exceso de flujo mágico utilizado y clima cálido, terminó por debilitarlo ocasionando que cayera contra el suelo.

Una vez en el suelo, lo último que vio fue a aquellos magos oscuros contratados por la sinarquía; que en aquel entonces lo robó de pequeño. Aquella voz fue clara para él, solo cerró sus ojos esperando que finalmente impactara en él. Avada Kedavra.
Todos esos momentos, esas imágenes apareciendo por su mente por última vez; sus amigos, su familia. El momento había llegado…
Tras unas cuantas horas Xandr había llegado al lugar donde ocurrió todo, notó aquel cuerpo y sin pensarlo se acercó a el. Pudo identificar que se trataba del cuerpo sin vida de Albert.

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