𝓐𝓰𝓾𝓪𝓼 𝓽𝓾𝓻𝓫𝓾𝓵𝓮𝓷𝓽𝓪𝓼

Aguas turbulentas.

1921


La rubia sacaría su diario del baúl donde yacían las cosas de Ravenclaw, notó que las páginas del mismo estaban casi desgastándose, casi que se agotaban, solo durante las vacaciones podía encerrarse en su habitación matrimonial y escribir mientras Tom salía en noches de Luna llena, el pequeño y dulce Harvey siempre estaba cerca de su madre, lo cual le dificultaba un poco a Aes escribir sobre algunos horrores y aventuras, las demás chicas se encontraban en sus habitaciones, entonces para no interrumpir su escrito se tomó la libertad de entrar a la habitación de su hijo…

-Harvey es tarde ya, apaga esas luces…

—Ya va mamá, solo estoy un poco pensativo, no quiero estar enfermo…

-Lo lograrás pequeño, ya verás que si, mamá estará contigo para siempre, así tenga que sacrificar un pedazo de mi o yo sacrificarme por completo…

—¡Eres la mejor mamá del esponjo universo!

-Y tu el pequeño y dulce rubio valiente e inteligente, pero ya ve a dormir Dennis

—¡Si mami, de inmediato!…
—Mami…

-¿Si?

—¿Por que cuando la Luna se pone llena, papi no está en casa?

-Oh, hmmm pues es una casualidad, algún día te explicará mejor, ahora duerme jovencito inquieto.

—Está bien mami, los amo.

Aeswith salió de la habitación para tomar el traslador a escocia, Aeswith desarrolló una inquietante costumbre por nadar en las aguas frías del Lago Ness, está se retiró la ropa por completo y se transformó fríamente en sirena, nunca había descrito bien como es que se transformaba, pues no suele ser la sirena de los cuentos de niños en donde son hermosas y cantan tan lindo, Aes era una sirena diferente, tenía los ojos amarillos intensos y penetrantes, ojos que a la oscuridad eran un poco intimidantes, su cabello era casi plateado y verde como si fuesen algas, las manos las tenía llenas de garras, la piel era grisácea, con algunas escamas, y la cola, una cola alucinantemente plateada con tonos de azul Aqua que se contrastaban con las ondas, cuando la corriente batía la profundidad… siempre acompañada de aquella criatura que causaba terror en el lago más antiguo y más conocido por el mundo muggle, aquel lago del cual era pertinente a las historias, nadaba explorando por todas partes ciertos lugares y cierto reino donde las selkies vivían, sin duda era magia y también peligro, más allá de la profundidad explorada, yacían metros hacia abajo como si alguien se transportase en el mundo acuático, el reino terrenal era diferente al de la profundidad, nadar era como volar, aquellos que jamás vivirán esta sensación se estarían perdiendo de las maravillas del universo.

~Sirenio~

—Señor Kelpie qué tal si echamos un vistazo a las estrellas, como profesora de Astronomía debo decir que estas lucen espléndidas en el firmamento…

El Kelpie no podía emitir palabras comprensibles pero Aeswith tenía la capacidad de transmitir mediante su lenguaje lo que quería

Este mismo siempre la seguía a todas partes, así que no dudo ni por un segundo en seguir velozmente a la chica…

Juntos nadaron en las aguas turbias del lago y salieron a flote cerca de un pueblo en la orilla, a una distancia segura ambos miraron el cielo estrellado…

—Esto es de lo que te pierdes por estar siempre bajo el agua

La criatura bufó un poco

—Tienes tanto carácter, pero si ahí abajo todo es más tranquilo, aunque aquí arriba si suele ser peligroso, la gente no comprende la magia de las cosas… son tan… cobardes algunos.

Aeswith acarició el lomo del animal lleno de algas, su cuerpo era tan mágico

Entre lo negro del bosque se escucharon unas risas y pasos que se acercaban a la orilla, Aeswith y el Kelpie se mantuvieron al asecho pero de forma sigilosa, ambos asomaron los ojos en la superficie como si dos pequeños niños estuvieran mirando curiosos…

La chica era una adolescente de unos tal vez 18 o 19 años, pelirroja y venía acompañada de un chico castaño y bien parecido, ambos entraron al lago a jugar con el agua un poco y a nadar en la orilla, Aes decidió que lo mejor era dejarlos tranquilos e irse a otro sitio…

-Bien, vámonos antes de que noten que dos fenómenos están aqu-

Aeswith miró a su lado y notó que la criatura ya no se encontraba junto a ella

~Sirenio~

-DEMONIOS SEÑOR KELPIE

Aes entró al agua tratando de buscar con sus brillantes ojos al Kelpie el cual se encontraba nadando debajo de los Jóvenes Muggles, su cuerpo se asemejaba a un cúmulo de algas altas, las cuales parecían flotar y bailar en la corriente, una de estas envolvió un poco los pies de los chicos los cuales los hicieron gritar un poco…

-Ya basta, vámonos o ambos seremos pescado frito al amanecer, y no tengo deseos de ser servida junto a la ensalada

~Chicos muggle~

~~¿Que fue eso? Debajo de nuestros pies

~Seguro fueron los peces no temas ni seas tan miedosa
~~Creo que deberíamos marcharnos


Mientras tanto Aeswith intentaba alejar a la criatura pequeñas voces como cantos se escuchaban en la superficie, el Sirenio le hacía emitir ondas sonoras un poco extrañas…

~¿Escuchaste eso?
~~¡Si!
~Tienes razón suena escalofriante, debemos irnos…

Mientras los chicos nadaban sus pies golpeaban el agua haciendo un ruido un tanto molesto, el Kelpie siguió a la sirena quien lo llevó en dirección opuesta a los chicos pero no obstante sacó la cabeza dejando a lo lejos el cuello al descubierto en la oscuridad, sus ojos amarillos intimidantes brillaron a la luz de la luna, Aes notó que este había salido a la superficie y por consiguiente llegaron el par de gritos…

~¡ES EL MONSTRUO DEL LAGO NESS!

Nadaron lo más rápido y torpe posible hasta correr fuera del agua… sin saber que se trataba del Kelpie…

Aeswith miró a la criatura y enarcó una ceja….

-Vaya que te has forjado una reputación aquí eh… vámonos, que debo volver a casa, Harvey, Chloe, Sylvanas e Irenic están por despertar y Tom necesita ayuda luego de la Luna llena, algún día traeré a los chicos, te encantarán, y deja de acercarte al agua a aterrorizar Muggles, nos vas a exponer.

Aes volvió a casa justo a tiempo en la mañana, entro a la habitación y admiro en la puerta a Tom tendido en la cama, con un poco de suciedad en el cuerpo y una nueva cicatriz en el labio inferior…


—Sería extraño si volvieras intacto cielo…

Aes tomó su diario para escribir todo lo ocurrido la noche anterior con una sonrisa ladina.